lunes, 13 de junio de 2016

¿HUBO ALGO EN EL UNIVERSO ANTES DE NOSOTROS?

Investigadores de la Universidad de Rochester en Nueva York han dado un nuevo enfoque a la ecuación, teniendo en cuenta los recientes descubrimientos de planetas fuera del Sistema Solar. Sus cálculos no intentan saber si ahora hay alguien más en el Universo, sino si pudo haberlo alguna vez o, más exactamente, cuál es la posibilidad de que, desde su origen, nosotros seamos los únicos seres tecnológicos que lo hayamos ocupado. Sus resultados no dejan lugar a dudas: las posibilidades de que la especie humana haya formado la primera civilización avanzada del Universo son asombrosamente bajas.Los investigadores señalan que la ecuación de Drake tiene tres grandes incertidumbres. «Desde hace mucho tiempo sabemos cuántas estrellas existen aproximadamente. Pero no sabíamos cuántas de esas estrellas tenían planetas que podrían albergar vida, con qué frecuencia podría evolucionar la vida y conducir a seres inteligentes, y cuánto tiempo pueden durar las civilizaciones antes de extinguirse», plantea Adam Frank, profesor de Física y Astronomía en la Universidad de Rochester y coautor del trabajo. «Gracias al satélite Kepler de la NASA y otras búsquedas, ahora sabemos que aproximadamente una quinta parte de las estrellas tienen planetas en zonas habitables, donde las temperaturas podrían albergar vida tal como la conocemos. Así que una de las tres grandes incertidumbres ha sido reducida».Sin embargo, la tercera gran pregunta -cuánto pueden sobrevivir las civilizaciones- es todavía completamente desconocida. «El hecho de que los seres humanos hayan tenido tecnología rudimentaria desde hace aproximadamente diez mil años no nos dice realmente si otras sociedades durarían tanto tiempo o tal vez mucho más», explica el investigador.Frank y su colega Woodruff Sullivan, del departamento de Astronomía y Astrobiología de la Universidad de Washington, descubrieron que podían eliminar ese término por completo de la ecuación simplemente ampliando la pregunta. «En lugar de preguntar cuántas civilizaciones existen ahora, nos preguntamos '¿somos la única especie tecnológica que ha surgido?'», dice Sullivan. «Este cambio de enfoque elimina la incertidumbre de la duración de la civilización y nos permite hacer frente a lo que llamamos la cuestión cósmica arqueológica, cuántas veces en la historia del Universo la vida ha evolucionado hasta un estado avanzado».De esta forma, los científicos calcularon la posibilidad de un Universo donde la humanidad ha sido el único experimento de civilización y otro donde otros han llegado antes que nosotros. «Con el uso de este método podemos decir exactamente cómo de baja es la probabilidad de que nuestra civilización sea la única que haya producido el Universo. Lo llamamos la 'línea del pesimismo'. Si la probabilidad real es mayor que la línea del pesimismo, entonces probablemente ha habido una especie tecnológica antes».

Astrobiólogos españoles encuentran Helio-3 a 4.000 años luz de la Tierra

El Helio-3 es un gas que tiene el potencial de ser usado como combustible en las plantas de energía nuclear de fusión en el futuro, y es crucial para la utilización de técnicas de criogenia y de imagen médica.
Existe poca cantidad de este material disponible en la Tierra, por lo que la mayor parte se fabrica en laboratorios nucleares a un gran costo. Se cree que hay importantes suministros en la Luna y varios gobiernos de todo el mundo han manifestado su intención de llegar hasta ella para extraerlo, lo que generaría la nueva carrera espacial.
Este gas se produce en las estrellas de baja masa, que, al final de sus vidas, expulsan la mayor parte de su materia en el espacio al final de sus vidas, formando una nebulosa planetaria.
Astrónomos españoles de la Red de Espacio Profundo de la NASA y el Centro de Astrobiología han participado en la detección del gas a 4.000 años luz de la Tierra.
El descubrimiento, realizado con la gran antena de 70 metros del complejo de la Red de Espacio Profundo de la NASA en Fresnedillas (Madrid), podría ayudar a los científicos a comprender más sobre la historia de este importante elemento.
Se necesita investigación adicional sobre las otras nebulosas planetarias, pero a medida que la emisión es extremadamente débil y difícil de detectar, se necesitará el futuro Square Kilometre Array para hacer la investigación. Con sede en Jodrell Bank, este proyecto internacional está actualmente en desarrollo en Australia y Sudáfrica, y será el más grande y sensible radiotelescopio del mundo.

lunes, 16 de mayo de 2016

Un virus que es capaz de curar el cáncer

Ya en el siglo XX, se observó cómo algunos pacientes que padecían tumores presentaban una gran disminución de estos tras coger una gripe, pero ¿por qué sucede esto?

Los virus oncolíticos son cepas víricas capaces de penetrar en las células cancerígenas y replicarse en su interior provocando la muerte de estas. Los avances de la biotecnología han permitido modificar genéticamente los microorganismos, programandolos  para que ataquen exclusivamente a las células cancerígenas.


Un trabajo que reunió a científicos de  centros, al mando del oncólogo británico Kevin Harrington, consiguieron modificar un  virus de herpes para que pudiera detener la progresión del cáncer de piel, mediante la eliminación selectiva de las células tumorales y la activación de las defensas del orgaismo, según los resultados de un ensayo clínico con 436 pacientes. Es la primera vez que una terapia experimental de este tipo muestra beneficios en una prueba en fase III, como se denomina a los ensayos destinados a evaluar la seguridad y la eficacia de un tratamiento a gran escala. 


El trabajo ha involucrado a científicos de 64 centros de todo el mundo, y ha sido liderado por el Instituto de Investigación del Cáncer, en Londres. Los autores administraron de manera aleatoria una inyección del virus o un tratamiento de control a los 436 pacientes, con melanomas malignos e inoperables. El 16.3% de los enfermos que recibieron la terapia viral, conocida como Talimogene Laherparepvec (T-VEC), mostraron una tasa de respuesta duración del tratamiento de más de seis meses, comparada con el 2,1% deñ grupo de control, según las conclusiones del ensayo, publicadas en la revista  Journal of Clinical Oncology.

lunes, 9 de mayo de 2016

Morir joven, a los 140 años



Todos entramos en crisis con nuestras primeras canas, nos pasamos el día buscando tintes, cremas antiarrugas y en ocasiones, hasta nos vestimos intentando aparentar menos edad de la que tenemos.


La directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) María Blasco y la periodista especializada en salud y ciencia, Mónica G. Salomé han sacado a la venta el libro Morir joven a los 140 años (Paidós). 
El libro nace de la línea de investigación de la científica María Blasco sobre los telómeros, es decir “unas estructuras protectoras que hay al final de nuestros cromosomas”. La relación de los mismos con el envejecimiento se basa, según nos cuenta Blasco en que “estos se erosionan cada vez que nuestras células se dividen, así terminan acortándose y generando daño a nuestro ADN con el paso del tiempo, por lo que el acortamiento de los telómeros es una de las causas del envejecimiento molecular”. 
Para poder intervenir en este proceso, Blasco lleva gran parte de su carrera investigando en torno a la llamada telomerasa, que “es capaz de frenar esto, aunque todavía no hay ninguna terapia aprobada que sea capaz de activar la telomerasa, de manera potente y que se pueda usar en la prevención o tratamiento de enfermedades asociadas al envejecimiento”.


Sus investigaciones han demostrado que, en ratones, la aplicación de la telomerasa sí ha conseguido retrasar la aparición de enfermedades relacionadas con el envejecimiento además de prevenir el cáncer. 


vía: El periódico El País





lunes, 2 de mayo de 2016

DESCUBREN EN COLOMBIA NUEVA ESPECIE DE RANA DORADA

Escondida en medio de los bosques nublados de los Andes colombianos, científicos han descubierto una nueva y pequeña especie de rana dorada. El equipo de científicos de la Universidad de Antioquia y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá (STRI), reportan su descubrimiento en la edición de Febrero de la revista Amphibia-Reptilia.
La nueva especie, bautizada Pristimantis dorado, fue hallada mientras cantaba en medio de arbustos, cerca del Parque Nacional Chingaza, a 16 kilómetros de Bogotá y a unos 2.650 metros sobre el nivel del mar.
“Decidimos nombrar esta especie Pristimantis dorado por su coloración dorada y como un tributo a El Dorado, una mítica leyenda que relataba la existencia de una ciudad construida de oro en Suramérica, y que muchos conquistadores españoles perecieron buscándola durante siglos,” dice Mauricio Rivera-Correa, profesor de la Universidad de Antioquia e investigador asociado al Grupo Herpetológico de Antioquia en Medellín, Colombia, y autor principal del estudio.
“Los españoles asumieron que la riqueza de Colombia estaba en su oro, pero hoy entendemos que su verdadera riqueza está en su biodiversidad” añade Andrew Crawford, investigador asociado a STRI y profesor en la Universidad de Los Andes, quien también participó en el estudio.
La rana dorada recién descubierta es diminuta: mide menos de dos centímetros. Foto de Santiago Castroviejo-Fisher.
El descubrimiento de esta nueva especie en un sitio tan próximo a la capital colombiana, con casi 10 millones de habitantes, demuestra cuánto de nuestra biodiversidad queda aún por descubrir, dice Crawford. “Con esta nueva especie, el número de especies de anfibios descritos para Colombia sube a 800. Cada día se descubren nuevas especies de anfibios en Colombia. En estos momentos ni siquiera podemos estimar cuán diversa es la fauna de anfibios en este país,” añade Crawford.
La nueva rana de oro
Pristimantis dorado es una rana diminuta, con sus 1,7 centímetros de largo es la más pequeña especie de su género. Es de color dorado con marcas marrones y su vientre es blanco con pequeños puntos negros.  Los machos son peculiares pues carecen de las estructuras típicas de las ranas para producir sonidos. Sin embargo son capaces de producir cantos consistentes en una serie irregular de clics, explica Crawford.
Las ranas de esta especie no necesitan agua para reproducirse pues han evolucionado un método más práctico. “El terreno montañoso de los Andes probablemente llevó a la evolución de tantas ranas terrestres, en las cuales los huevos se desarrollan directamente en pequeños ranas bebés, sin pasar por la fase de renacuajo,” dice Crawford. “La reproducción en este género se da en la hojarasca, el suelo, bajo las raíces o en bromelias, por ejemplo, pero no al margen de charcos, lagunas, riachuelos o ríos,” añade Rivera-Correa.


El vientre de Pristimantis dorado es blanco con puntos negros. / Foto de Santiago Castroviejo-Fisher.

Con más de 800 especies de anfibios, Colombia es el segundo país con mayor diversidad de este grupo de animales a nivel mundial, superado solo por Brasil. “El género de ranas Pristimantis, conocidas como ranas de lluvia, constituye uno de los más importantes componentes de la diversidad en Colombia, debido a que el 20% de la diversidad de anfibios del país pertenecen a este género,” dice Rivera-Correa.
Actualmente esta y muchas otras especies de anfibios se encuentran en reisgo de perder su hábitat. “Esta nueva especie, se encuentra en medio de dos ciudades, y no muy lejos de la capital colombiana y solo se le ha encontrado en dos sitios”, explica Crawford. “Si ambos bosques fueran talados podríamos perder esta especie”.
Extraída de la revista Science.

LOS LAGARTOS ENTRAN EN LA FASE REM DEL SUEÑO AL IGUAL QUE LOS HUMANOS

Dormir es una actividad crucial para los mamíferos y, como revela ahora un nuevo estudio, también para algunos reptiles.


La mayoría de los animales duermen o reposan pero, hasta ahora, se pensaba que solo los mamíferos y las aves compartían patrones como la fase REM, momento en el que los seres humanos tienen sueños o pesadillas. Gracias a un nuevo estudio, podemos añadir a un lagarto australiano a la lista de los dormilones.
El dragón barbudo (Pogona vitticeps) dedica entre seis y diez horas diarias a descansar. Un grupo de investigadores alemanes monitorizó su actividad cerebral durante este tiempo en busca de movimientos electrofisiológicos característicos del sueño: los de onda lenta (SW) y los rápidos movimientos del ojo (REM). Los resultados publicados hoy en Science confirman que estos reptiles pasaban por estas fases en periodos de 80 segundos.
"Entre los mamíferos, tiende a haber una relación directa entre el tamaño de los animales y la duración de cada ciclo de sueño. No sucede igual con los dragones barbudos”, declara a Sinc Gilles Laurent, uno de los autores del estudio. “Los patrones de estos lagartos son mucho más breves y con mayor frecuencia de lo que cabría esperar si tenemos en cuenta su tamaño”.
Mientras que los seres humanos duran en la fase REM más de una hora por cada ciclo, los gatos una media hora y las ratas 15 minutos, los dragones barbudos apenas aguantan 80 segundos en este estado. Durante todo el periodo de descanso estos animales repiten este patrón hasta 350 veces. “Quizás esa anomalía se deba a que la actividad neuronal se produjo en una zona del cerebro –la cresta dorsal anterior ventricular– distinta a la de los mamíferos –la corteza–”, aclara Laurent.
Los expertos señalan que los ciclos podrían verse afectados por la sangre fría de los reptiles. Como los lagartos pueden controlar su temperatura corporal, necesitarían tener su sistema nervioso activo durante más tiempo, reduciendo la duración de los impulsos, su velocidad y la transmisión sináptica entre neuronas.
“Nuestro estudio sugiere que los patrones de sueño empezaron a evolucionar para cada especie hace, al menos, 320 millones de años”, apunta el científico. La investigación aporta nuevos datos sobre los ancestros comunes de reptiles, aves y mamíferos: los amniotas.
Los amniotas son un grupo de vertebrados tetrápodos que habitaron la Tierra cuando ésta todavía no estaba dividida en continentes. Los científicos sugieren que los estados de reposo SW y REM evolucionaron de forma distinta para mamíferos, aves y reptiles pero que eran los mismos originariamente. A la luz de este hallazgo, los autores del estudio consideran que sería útil hacer análisis de sueño a anfibios y peces para saber si el patrón del sueño podría remontarse aún más en el tiempo.
“Por el momento, cómo y por qué empezó a evolucionar el sueño sigue siendo un misterio”, sentencia Gilles Laurent.

¿Los lagartos tienen pesadillas?
Este descubrimiento abre la puerta a nuevos estudios sobre si los animales pueden soñar. “El concepto de ‘sueño’ es algo vinculado únicamente a lo humano y algunas personas consideran que para ello es imprescindible tener conciencia”, explica Laurent.
Sin embargo, aunque aún no se sabe a ciencia cierta, los expertos creen que está afirmación no debe ser tan rotunda si se tiene en cuenta que estos fenómenos son el resultado de un proceso evolutivo muy lento y que no se conocen todos los factores que intervienen en la formación de los sueños.
“Si estamos dispuestos a aceptar que los bits de 'reproducción neuronal' en ciertas áreas del cerebro durante el sueño pueden ser llamados sueños, se podría afirmar que los lagartos tienen algo parecido a sueños”, concluye el científico.

Esta información ha sido extraída de la revista Science.

EL TRASTORNO DEL SUEÑO



¿Por qué dormimos peor fuera de casa?





Según han comprobado investigadores de la Universidad Brown, nuestro cerebro es el responsable de que no caigamos rendidos en los brazos de Morfeo: el hemisferio izquierdo no descansa en un entorno desconocido, pues permanece alerta.
El equipo liderado por Yuka Sasaki analizó el sueño de 35 voluntarios en el laboratorio mediante diversas técnicas de neuroimagen. Los investigadores compararon los resultados de la primera noche con la de sueños posteriores; observaron que el cerebro de los voluntarios reaccionaba de manera distinta al principio del experimento en comparación con las noches siguientes. En la primera noche, el hemisferio izquierdo aparecía activo y más sensible que el derecho a los sonidos durante la fase de sueño profundo.
Aunque los autores del reciente estudio todavía desconocen por qué solo el hemisferio izquierdo presenta dichas características durante el sueño, sugieren que podría deberse a que ese hemisferio presenta una mayor conexión neuronal. De hecho, la diferencia de activación entre ambos hemisferios se aprecia también cuando soñamos despiertos o divagamos.  
Cabe tener en cuenta que Sasaki y sus colaboradores se centraron en la primera fase de sueño profundo, sin investigar las demás, por lo que desconocen si a lo largo de la noche los hemisferios del cerebro intercambian los papeles.
Se sabe que los delfines y los pájaros presentan el llamado "sueño unihemisférico", en el que solo descansa una parte del cerebro mientras la otra permanece activa.  Este fenómeno en los humanos podría asemejarse al de los animales. 

Al fin y al cabo, cuando dormimos no sabemos qué nos puede suceder en un entorno desconocido. No obstante, el estado de alerta va en detrimento del descanso: el cerebro no desconecta por completo, de manera que no consigue regenerarse del todo. Dicho de otro modo, por la mañana todavía nos sentimos cansados.
Para resolver los inconvenientes que supone el "efecto de la primera noche", Sasaki recomienda un par de sencillos trucos: 
1. Elegir hoteles parecidos cada vez que viajamos, opción que favorecerá la sensación de familiaridad con el entorno. 
2. Llevarse la almohada de casa: su olor y la consistencia nos proporcionará una sensación hogareña, y con ello, beneficiará nuestro sueño.