lunes, 2 de mayo de 2016

EL TRASTORNO DEL SUEÑO



¿Por qué dormimos peor fuera de casa?





Según han comprobado investigadores de la Universidad Brown, nuestro cerebro es el responsable de que no caigamos rendidos en los brazos de Morfeo: el hemisferio izquierdo no descansa en un entorno desconocido, pues permanece alerta.
El equipo liderado por Yuka Sasaki analizó el sueño de 35 voluntarios en el laboratorio mediante diversas técnicas de neuroimagen. Los investigadores compararon los resultados de la primera noche con la de sueños posteriores; observaron que el cerebro de los voluntarios reaccionaba de manera distinta al principio del experimento en comparación con las noches siguientes. En la primera noche, el hemisferio izquierdo aparecía activo y más sensible que el derecho a los sonidos durante la fase de sueño profundo.
Aunque los autores del reciente estudio todavía desconocen por qué solo el hemisferio izquierdo presenta dichas características durante el sueño, sugieren que podría deberse a que ese hemisferio presenta una mayor conexión neuronal. De hecho, la diferencia de activación entre ambos hemisferios se aprecia también cuando soñamos despiertos o divagamos.  
Cabe tener en cuenta que Sasaki y sus colaboradores se centraron en la primera fase de sueño profundo, sin investigar las demás, por lo que desconocen si a lo largo de la noche los hemisferios del cerebro intercambian los papeles.
Se sabe que los delfines y los pájaros presentan el llamado "sueño unihemisférico", en el que solo descansa una parte del cerebro mientras la otra permanece activa.  Este fenómeno en los humanos podría asemejarse al de los animales. 

Al fin y al cabo, cuando dormimos no sabemos qué nos puede suceder en un entorno desconocido. No obstante, el estado de alerta va en detrimento del descanso: el cerebro no desconecta por completo, de manera que no consigue regenerarse del todo. Dicho de otro modo, por la mañana todavía nos sentimos cansados.
Para resolver los inconvenientes que supone el "efecto de la primera noche", Sasaki recomienda un par de sencillos trucos: 
1. Elegir hoteles parecidos cada vez que viajamos, opción que favorecerá la sensación de familiaridad con el entorno. 
2. Llevarse la almohada de casa: su olor y la consistencia nos proporcionará una sensación hogareña, y con ello, beneficiará nuestro sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario